Aquí se escribe sobre...

Todo aquello que aún se recuerda de nuestra infancia, los juegos, las experiencias, lo que comíamos, lo que veíamos o lo que creíamos que eran las cosas cuando nadie nos explicaba. Aquí se retrocede para traerlo de vuelta

Michael Jackson (escrito por C)

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Recordado por Quiltro | Categoría(s) | El día martes, junio 30, 2009

Extraído del blog de El lado C

Horas y horas me pasé con la oreja pegada al parlante. In the closet. Ese era el tema que quería grabar en un cassette. Me gustaba el video, lo había visto en la tele. Era 1993, y él venía a Chile. Yo ya lo había escuchado, quién no, y a mis nueve años me gustaban Thriller y Beat It. Beat it es uno de mis all times favorites. No pude ir al concierto porque era muy pequeña.
En 1996, algún día en verano, escuché los beats de Black or White saliendo de la ventana de la casa del lado. Nos habíamos mudado hace poco y no conocía aún a mis vecinos. Pero a alguien le gustaba Michael Jackson...y de hecho, era má fanático que yo. Él e internet llegaron a mi vida al mismo tiempo. Nos quedábamos bajando canciones hasta tarde. Human Nature, recuerdo. Y el video de Earth Song. Y todas las letras. Las traduje todas y les pegamos unas fotos de fondo. Man in the Mirror era la que nos gustaba más.
Cuando empezamos a pololear, escuchábamos un disco de Jackson Five. Habíamos estado separados por meses, pero esa canción, I´ll be there, decía todo lo que no nos alcanzábamos a decir por teléfono. Yo la escuchaba en Londres, él en Talca. Y ese día, juntos. Nuestra primera adquisición conjunta fue el disco Invincible, y nos dedicábamos Speachless. porque el amor era tan grande que el "te amo" no alcanzaba. No habían palabras. You are my life, lo teníamos clarísimo. You rock my world, desde siempre. Nos compramos los discos remasterizados Off the Wall y Thriller. Yo tenía nuevos Dangerous y Blood on the Dance Floor, y él los dos de History. Teníamos revistas y posters. Y él, en su pieza una foto mía con la estatua de Michael en el museo Maddamme Tousseaud´s de Londres.
Don´t walk away, le supliqué una noche. I just can´t find the right thing to say, I´ve tried but all my pain gets in the way...
Michael Jackson fue la letra y música de mi historia de amor. Y hoy, ha muerto.
Una vez le escribí en su página lo importante que era su música en mi vida. Que sus canciones me habían juntado con el amor de mi vida, que nos habían regalado momentos perfectos. Hoy veo que era mucho más, su música fue muchas veces nuestro único lenguaje. Si nos peleábamos y él ponía Speachless en el PC era porque quería reconciliarse. Y I`ll be there fue siempre nuestra canción. Hasta el final, era lo único que compartíamos de verdad.
Nos imaginábamos que cuando este día llegara íbamos a llorarlo juntos.



Las Retrocletas

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Recordado por Quiltro | Categoría(s) , | El día domingo, junio 21, 2009

Debi tener unos cinco o seis años, nunca me acuerdo bien de las edades, pero sé que era muy chico para una bicicleta, y muy grande para andar en coche. Mi madre me había regalado un auto a pedales. y lejos era lo más novedoso para mí, en cuanto a experiencias se trataba. Era por decirlo así, un niño ya independiente. Podía llegar donde quisiese sin bencina ni peajes, sin que mi madre me tuviese que llevar. sentía en mi cara el viento de la aventura, mientras pedaleaba a toda fuerza por las calles de mi barrio. Obvio que no
cruzaba las calles, sino que daba vueltas a la manzana, pero eso ya era para mí, insuperable.

Donde vivía, tuve la suerte de tener muchos amigos y si bien no era el líder, nunca me importó, era mejor así, simplemente era uno más de la pandilla.
Habían tres hermanos, dos hombres y una niña. Me acuerdo de ellos por dos razones. La primera era que podían voltearse los
párpados hacia arriba, y dejárselos así para asustar a los más pequeños de la pandilla, como yo. Los tres podían hacerlo y en verdad se veían horribles.
La otra razón es que tenían unas bicicletas extrañas. No eran como
las de los otros niños, a quienes los veía siempre en sus BMX ochenteras. las de los hermanos tenían otra geometría, otros colores, otros diseños. Usaban asientos grandes y largos, y frenaban hacia atrás, tenían cartones en los rayos, varillas que colgaban en sus puntas banderines y colas de zorros. me daban miedo en realidad, eran como rebeldes, como maldadosos
y sus bicicletas eran el fiel reflejo. Pasaron los años y el recuerdo se fue tapando con miles de otros quizás más frescos, o más importantes hasta que 25 años después, una pareja me trajo de regreso aquellos
momentos. Nos juntamos a andar en bici un día y llegó con su "Caloi Berlinetta". Mucha gracia no
le encontré, pero al subirme a ella fue como si redescubriese la forma de andar en bicicleta. Tenía mucho estilo y era tan cómoda que fue en ese momento cuando descubrí una nueva afición. Le compre a un caballero en una feria de San Pablo una destartalada Caloi Fórmula C y la restauré con un amigo. Después siguieron otra y otra más y así hasta llegar a tener 8 bicicletas. Vendí por espacio algunas, casi todas a gente conocida. Todavía tengo ese instinto de ver una bici rara y descubrir una de esas retrocletas. Nada como ellas

La porotera del pueblo

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Recordado por Quiltro | Categoría(s) | El día jueves, junio 18, 2009

Tuve la suerte de vivir en unos edificios al estilo block. los típicos de 4 pisos, de ladrillo y balcón pequeño. Tenía miedo a pararme en él, pues sentía que se caería en cualquier momento. Vivía en un cuarto piso y mi balcón daba a un estanque de agua de cemento del tamaño de una cancha de tenis donde generalmente se reunía la gente a jugar paletas, andar en patines o a conversar simplemente. Yo pertenecía a un grupo de amigos de los blocks y siempre hacíamos cosas juntos. Arrendar películas, salir a andar en bici, jugar a las escondidas y de vez en cuando enfrentarnos a otras "pandillas". Ahora que lo pienso era bastante descarnado el enfrentamiento, y el sonido que provocábamos también lo debió ser.

Nuestra arma letal, la porotera, construída con un globo que se le cortaba la punta; una botella desechable cortada usando solo la parte angosta; elásticos para sujetar ambos materiales; porotos garbanzos lentejas y/o esos frutos rojos que daban algunos arbustos, como municiones.

Ese era el modelo básico. El que manejábamos todos, pues el que podía gastar plata se compraba un yoghurt bliss y lo cortaba. quedaba notablemente mejor.

El poroto, lenteja o elemento a ser arrojado, se insertaba dentro del envase y se tomaba con las manos, una vez dentro del globo. Luego se estiraba éste para darle intensidad y al soltarse generaba un sonedo hueco, cuyo eco se escuchaba en todo el vecindario.

Si el globo no era muy malo te duraba lo suficiente como para ganar un combate o hasta que los conserjes te requisaran el arma. Luego a esperar que tus papás compraran otro envase desechable, y ahorrar para unos globos y elásticos.

los porotos podían hacer tanto daño que casi quebraban los vidrios.
Nunca lo hicimos de maldadosos, sino por simplemente querer disparar algo.
Una vez le disparé a una paloma. No murió. y ahora me arrepiento de haberlo hecho

DÍAS DE INOCENCIA

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Recordado por Quiltro | Categoría(s) , | El día lunes, junio 15, 2009

Independiente de la década en que hayas nacido, Este blog habla sobre retroceder en el tiempo cuando las cosas fueron mejores (según el dicho).
Cuando uno es niño entiende con suerte el 5% de lo que sucede, de como funcionan las cosas. Una gran forma de comprender al mundo son las explicaciones que te da el entorno. Tu familia, tus amigos y tus profesores. Pero no todos pueden con un niño cuando está en el período de los "Por qué"
Cuando la gente se cansa de contestar empieza a responder tonteras, que para un niño con total confianza en lo que le dicen puede resultar la verdad absoluta.

He aquí 3 experiencias que ejemplifican nuestra edad de la inocencia. Algunas personales otras de amigos.


* Mi tía decía que si no me comía el pan se pondría duro y se convertiría en bichos. Yo obviamente no dude y desde ese momento pasé a ser el "tonto del pan" Ya no creo que se convierta en bichos, pero por si acaso.








* Un amigo que tengo pensaba que existía una raza especial de perros que de vez en cuando aparecían en todos lados. Los famosos y numerosos "perros de dos pisos"






* Aunque no veía fútbol muy seguido en la televisión, el efecto que esto me producía, repercutía en la vida real. Cuando veía un partido en vivo y en directo en la cancha me quedaba pegado mirando al arco esperando las repeticiones de los goles. Mal por mí, bien por la televisión y su efecto distorsionador de la realidad.





Ya saben entonces, si tienen hijos, díganles las cosas como son y así evitarán que se pasen unos rollos medios psicodélicos.

Y ustedes...¿Algún recuerdo de sus días de la inocencia?

El día se va ... la noche llegó

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Recordado por Quiltro | Categoría(s) | El día lunes, junio 15, 2009

Antes los niños tenían un horario para acostarse, y aunque muchos no lo recuerden era a las 20:00 horas, cuando el canal 13 ponía estos dibujos para terminar el día. Asombrosamente uno se dormía súper temprano y después de eso venían las noticias hasta las 21:00. O quizás yo era el único pavo que hacía caso.

Personalmente me deprimían un poco estos dibujos porque me hacían acordar de que no había hecho las tareas, no habría comprado los materiales para Artes Plásticas, o no había estudiado para la prueba. Lo mismo me pasaba con el "Jappening con JA" los domingos

Comerse los jugos con la mano

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Recordado por Quiltro | Categoría(s) | El día martes, junio 09, 2009



Mis preferidos eran el de guinda y el de frambuesa. Aunque cuando no compraban de esos, el de naranja y limonada siempre era buenos también. El de Piña era la clave cuando no quería que mis padres se enteraran que me comía los jugos. No me quedaba el tinte en la lengua ni en las manos aquél sabor, en cambio con los otros, ningún jabón funcionaba. Me acuerdo esa sensación de comérmelos hasta que me dolía la lengua y mis papilas quedaban hinchadas. A veces sacaba uno y me iba con mis amigos a algún lugar a comer tranquilos. Aquellos días, el único problema en nuestras vidas era que no nos descubrieran.