Recordado por Quiltro | Categoría(s) Comida | El día martes, junio 09, 2009
Mis preferidos eran el de guinda y el de frambuesa. Aunque cuando no compraban de esos, el de naranja y limonada siempre era buenos también. El de Piña era la clave cuando no quería que mis padres se enteraran que me comía los jugos. No me quedaba el tinte en la lengua ni en las manos aquél sabor, en cambio con los otros, ningún jabón funcionaba. Me acuerdo esa sensación de comérmelos hasta que me dolía la lengua y mis papilas quedaban hinchadas. A veces sacaba uno y me iba con mis amigos a algún lugar a comer tranquilos. Aquellos días, el único problema en nuestras vidas era que no nos descubrieran.
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